Empieza un nuevo curso, una nueva
temporada, una nueva etapa de las muchas en las que dividimos nuestra vida.
Nuestras vidas las contamos en años, pero la dividimos en cursos o temporadas
coincidiendo con las etapas educativas que van superando nuestros hijos. Otra
demostración de que son ellos lo verdaderamente importante en nuestras vidas. También
puede ser por las ganas que tenemos de hacer nuevos propósitos, ahora que ya
nos ha quedado demostrado que no vamos a cumplir los que hicimos cuando
cambiamos de año.
Hoy ha sido de esos días en los
que empieza una nueva etapa, sin que cambiemos los dígitos del almanaque y sin
deseos de felicidad de uno para con los demás. Hoy ha empezado el nuevo curso
escolar, la temporada de radios y televisiones y algún curso más del que no
quiero acordarme.
En estas fechas siempre me ha hecho gracia que se ponen a la
venta infinidad de colecciones (tontas la mayoría) que ni siquiera sabemos si
van a durar más o menos de la temporada con la que comienza. Abanicos, coches, muñecos,
barcos, o fascículos del Guerrero del Antifaz. Lo dicho, tontas la mayoría de ellas, inservibles
todas ellas. Ya no existen las colecciones de libros de aventuras o las famosas enciclopedias por fascículos con las
que yo crecí y que por lo menos servían para tener lectura durante algunos
veranos de mi adolescencia o consultar como se escribía alguna palabra en uno de los 28 tomos rojos.
Hoy se ha hecho efectivo el
inicio de la nueva temporada de las radios y televisiones. Yo he seguido con
especial interés el de la radio, el de la Cadena Ser. Las televisiones no me
interesan tanto. Y tengo que decirlo, he sentido algo de envidia y de "morriña"
de esos momentos en los que se está a punto de iniciar una nueva temporada con
un programa de radio: las secciones que quieres iniciar, las que quieres que continuen, las ideas que
tienes y que te gustaría poner en marcha este año ya que no lo hiciste el
pasado y seguro que te la terminan pisando, los nervios de los días previos a
los cambios y las ganas de empezar con un verdadero bombazo.
Tengo que reconocerlo, echo de
menos esos momentos. Y tantos otros. Y el momento de sentarme delante del
micrófono. Si, lo echo de menos. Esta será la segunda temporada en blanco, y lo sigo echando de menos. Pero…, no tengo ganas de
volver. Tendrían que cambiar mucho las cosas. Ahora “las cosas de la vida” son
otras distintas. Sin embargo, creo que podrían empezar a cambiar volviendo a la
radio. Pero, ¿para qué? Pero algo tengo que hacer.
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