13 mayo 2007

LAS MALAS CARAS DE LAS ELECCIONES

Ahora si que si. Han llegado las elecciones, y se ha abierto la campaña electoral. Quince días en las que los que quieren llegar, o volver a ser, alcaldes de nuestras localidades durante los próximos cuatro años hacen lo que sea necesario para volver a ilusionarnos con un futuro que ni Alicia en el país de las maravillas podría imaginar. Y he dicho ilusionarnos, por no decir engañarnos.
Los politiquillos, si animo de ofender, vienen por nosotros. Ahora si, ahora nos necesitan y son capaces de hacer lo que haga falta por un voto. Ahora nuestra opinión si que interesa.
Ya vemos sus caras por todos lados. Los carteles con sus caras intentan que no nos olvidemos de ellos. Cuando vivía en Córdoba, podía llegar a entender que se empapelara la ciudad con las caras de los candidatos a los que nunca iba a llegar a conocer por mucho que se nombren. Y es que al votante le gusta ponerle cara a su voto. Incluso hay quien vota sin conocer programas, sin tener en cuenta ideologías, y lo hace tan solo porque tal o cual candidato le parece bueno en las fotos o en la tele. Pero en un pueblo en el que todos sabemos quien es quien e incluso votamos a quien nos cae bien o dejamos de votar a quien nos pega dos patadas verle la cara aunque sea en foto,¿para que tanto cartelito? Algo si que tengo que reconocer que gracias a los cartelitos se habla de ellos. Hoy mismo he podido escuchar y estar presente en varias conversaciones en las que han conseguido que el ciudadano hable de los políticos. Que si este ha salido guapo, o que parece más gordo o más joven. Incluso ya he escuchado que se ha hecho una lista de los más o menos, digamos fotogénicos. Pocos de estos carteles hacen honor a la verdad. Unos salen muy favorecidos y sin embargo alguna de las fotos no es muy recomendable para que haga su misión de gustar a los votantes. Allá ellos.

Podrían utilizar el dinero en hacer una campaña algo más novedosa. He escuchado casos en algún pueblo de España donde algún candidato canta una canción electoral, hace cuñas de radio o televisión muy llamativas, o incluso da conciertos o se desnuda en una conocida revista. En Córdoba capital incluso un candidato ha llegado ha hacer campaña mediante correos electrónicos enviados masivamente a los votantes cordobeses (el spandidato le han llegado a llamar) y otro ha llegado a poner su foto y slogan en la página del Messenger en Internet, que en alguna ocasión hasta llega a asustar
Como todo la campaña electoral tecnológica llegará a nuestros pueblos tarde y seguro que de mala manera. En eso también vamos con retraso. Aquí seguiremos aguantando los cartelitos en los paneles puestos al efecto. Y fuera de ellos que alguno no se han enterado de lo de los paneles y empapelan cualquier pared de la localidad. También hay quien los quita, que de todo tiene que haber en la viña del señor.
La otra cosa que me llama la atención de las campañas electorales es que tanto a las presentaciones como a los posteriores mítines con los que todos los partidos nos van a obsequiar viene políticos provinciales e incluso regionales para acompañar a los candidatos que representan las mismas siglas de partido que ellos. Es ahora cuando los ciudadanos de la provincia podemos ver a estos políticos que ostentan altos cargos en delegaciones, consejerías, diputaciones o parlamentos. Vendrán a prometer que si elegimos a su candidato ellos se comprometen a apoyarlo y a que se cumplan las promesas que nuestros vecinos metidos a políticos nos hacen. Si quieren conocer a algunos de estos políticos ahora es la ocasión, si quieren saber como va lo nuestro en la instituciones en las que ellos “trabajan” es ahora o nunca. Ya no los volveremos a ver interesándose por las necesidades de nuestros pueblo hasta unas nuevas elecciones y un nuevo mitin. A no se que entre unas y otras se inaugure algo que entonces vendrán a hacerse la foto de rigor.
Me gustaría que en alguno de nuestros pueblos se presentara un candidato cuya única campaña electoral fuera seguir haciendo su vida como hasta el momento y que dedicara a hablar con los electores en la calle cuando se encontraran y dejara de hacer cartelitos, mítines y cosas parecidas. Seguro que saldría elegido por mayoría absoluta y lo que es mejor, seguro que además después sería un estupendo alcalde.