22 septiembre 2006

El Peñón de...

Cuando durante estos días leía los periódicos y escuchaba las noticias me he llevado una gran sorpresa. Un ministro de nuestro gobierno venía hasta Córdoba para tratar de mejorar un poco más la vida de los ciudadanos y ciudadanas que viven cerca de EL PEÑON. ¡Ya era hora! Por fin se acuerda alguien de una zona que necesita una mejora con urgencia y cuyos habitantes necesitan una ayudita, que parece que no son de España. El propio ministro dijo que piensan mejorar las telecomunicaciones y las pensiones de los jubilados y a abrir un nuevo instituto. Lo que haya acordado este ministro se cumple. Que ya no dicen más mentiras, y que ya es hora de que todo esto se arregle.

Yo con lo de las noticias siempre hay cosas que no entiendo, por ejemplo eso de compartir el aeropuerto que hay cerca de El PEÑON. ¿Compartir? Bueno pues vale. Supongo que lo podemos compartir y que además de que despeguen y aterricen solo pequeños aparatos podemos dejar que aparezcan por allí algún que otro avión más grande. Pero no muy grandes, que la pista tampoco es para que allí aterrice uno de esos monstruos que llevan a 700 o más pasajeros, pero algo más chiquito si que podría caber. Y si es necesario hacemos un esfuerzo para agrandarlo y mejorarlo un poco.

En la rueda de prensa el ministro se encontraba satisfecho por las conversaciones. Pero ¿con quién? ¿Qué tiene que conversar nuestro ministro con extranjeros? Esa gente aquí no pinta nada. EL PEÑON siempre ha sido nuestro, y así debe ser. Lo que se tenga que hacer y decidir ya lo haremos nosotros. Aunque siempre hayamos acogido muy bien a los que ha venido de otros países y hablan así, como utilizando nuestro idioma junto con otro que es claramente extranjero, nadie tiene que venir a decirnos que tenemos que hacer en nuestro territorio.



Lo que empezó a llamarme la atención era la importancia que le daban a la verja. Que si tenía que estar abierta, que si había estado mucho tiempo cerrada, que debe ser más fácil el poder pasar por ella…. Pues nada, que la dejen abierta, con algún que otro policia o guardia civil y que todos podamos entrar a ver esas maravillas (y con muchos años) que hay detrás de la verja de EL PEÑON.

Lo que si me extrañó era no ver a la alcaldesa en las fotos. ¿Ya quieren darle de lado? Hombre, en Córdoba y para hablar de EL PEÑON y de los habitantes de su alrededor, lo menos es que estuviera la alcaldesa, que algo tendría que decir, además ella sería en este caso la anfitriona. Pues no la vi en la foto. Eso no se puede admitir…

No puede ser. ¿Qué el ministro había venido a Córdoba a hablar de el Peñón de Gibraltar? Ah,, era ese peñón . Bua…Ya me extrañaba a mi. Pues nada, aquí a la falda de EL PEÑON de Peñarroya-Pueblonuevo nos quedaremos sin que se abra la verja que pusieron para que nadie maltratara las pinturas rupestres, sin que se mejoren ni las telecomunicaciones, ni las pensiones y sin un nuevo instituto y el aeropuerto de Fuente Obejuna seguirá siendo utilizado por nuestros amigos amantes del vuelo sin motor. Por eso no vi en la foto ni al a alcaldesa de Peñarroya ni a la de Córdoba. En esto no pintaban nada.

Tengo que prestar más atención cuando lea o escuche las noticias. Anda que si escribo lo que yo quise entender. ¡Que locura!

14 septiembre 2006

Y LO QUE ESPERABA... SUCEDIÓ

Como “padre” de acogida de dos menores hasta el día de ayer quiero hacer pública mi indignación y repulsa por la forma empleada para separarnos de los menores y proceder a la reintegración de estos con su progenitora. Tan sólo me permito criticar públicamente las formas que tanto mi esposa como yo mismo consideramos falta de la más mínima consideración hacia las personas implicadas y falta de una mínima humanidad, y continuaremos el camino judicial para oponernos a una sentencia y un auto con el que no estamos de acuerdo. En nuestra opinión Doña Blanca Pozón Jiménez, la juez del juzgado de primera instancia número cinco de Córdoba, ha demostrado una falta total de humanidad y, en mi opinión, ha actuado al resolverlo definitivamente con alevosía y premeditación, que es como a esta gente le gusta llamar a las cosas hechas sabiendo de antemano las consecuencias.

Después de tres meses de visitas de la progenitora con los menores, ordenadas judicialmente el pasado día 1 de septiembre, doña Blanca emite una providencia en la que ordenó que los niños que teníamos en acogida pasaran la semana del 10 al 17 de este mes con su progenitora. De esta manera, pensamos que lo que en realidad pretendía de forma oculta, era forzar la situación para que los menores ya estuvieran con su progenitora en esas fechas y así separarnos de ellos pocos días después para que le diera tiempo de hacer lo que ha ordenado: el cese inmediato del acogimiento.

En ese mismo momento se nos hacía llegar algunos informes, en algunos de los cuales se explicaba la evolución de la progenitora durante estos meses, y en otros se pedía la reintegración de los menores con su progenitora. No se nos proporcionaba, y así lo hicimos constar en nuestras posteriores alegaciones, un informe del equipo psicosocial del propio juzgado que habíamos reclamado y del que tenemos constancia que sí posee la parte contraria.

Igualmente alegábamos que, a raíz de los informes, no estamos de acuerdo con la reintegración, a la vez que suplicamos que si de todas formas esta se ordenaba por parte del juzgado, se nos dejara despedirnos de unos niños que en un principio quisimos adoptar y con los que hemos convivido casi año y medio, y asimismo que dejara que la psicóloga del equipo de tratamiento familiar de Peñarroya-Pueblonuevo que trata a los menores los preparara para el abandono de su actual hogar, tal y como ella nos había manifestado.

El día 12 de septiembre doña Blanca emitió un auto en el que acuerda la reintegración “definitiva e inmediata” de los menores. Lo hace durante la semana que los niños no están con nosotros, como ya queda explicado antes, y dejando sin efecto la providencia emitida por ella el pasado día 1 que ordenaba que correspondía a la progenitora estar con los menores hasta el día 17 a las 20 horas.

La juez impide así nuestra despedida de los menores, que los niños se puedan llevar sus objetos más preciados que han acumulado durante este casi año y medio, que se despidan de los que hasta tan sólo hace unos días eran sus titos y abuelos, e impide que puedan ser preparados psicológicamente para ello. No puedo decir que no sea justo, lo que sí puedo decir es que no es ni lógico ni humano. También tengo la impresión de que doña Blanca lo ha hecho premeditadamente ya que “casualmente” la progenitora sabía que el domingo pasado se llevaba a los niños definitivamente, y así se lo manifestó a la cuidadora y a la portera del centro de protección de menores, quienes alarmadas por la noticia, nos esperaban a la puerta del centro de protección de menores al que llevábamos a los niños para el cumplimiento de las visitas. Parece que todo estaba premeditado, lo sabía la progenitora porque decía se lo había dicho su abogada. “Casualmente” dos días después ha ocurrido lo que la progenitora ya sabía antes de que se emitiera el auto de ejecución. En mi opinión, Doña Blanca ha ordenado la reintegración de la peor manera que se podía hacer.

No puedo dar más pormenores sobre la sentencia y el auto, que naturalmente recurriré judicialmente, porque “entre los derechos de los menores esta el honor, intimidad y propia imagen de los menores frente a las intromisiones ilegítimas, en particular, las que pudieran producirse a través de los medios de comunicación” como muy bien recoge doña Blanca en su auto en lo que entiendo aviso a navegantes, si bien en ningún momento ningún medio de comunicación se ha referido a datos personales de los menores o ha mostrado su imagen.

Igualmente, el que tanto mi esposa como yo hayamos tenido o tengamos aún que llegar a exigir, incluso públicamente, el mejor trato para los menores y nos opusiéramos o tengamos aún que oponernos judicialmente a lo ordenado por el juzgado es, según el auto, mantener “una oposición frontal a que la sentencia se cumpla, obstaculizando cualquier actuación encaminada al reintegro de los menores con su madre. Dicha actuación repercute de forma negativa en los menores”.

No puedo hablar nada sobre las circunstancias que rodean a los menores para mantener su derecho a la intimidad. Opino sobre la falta de humanidad, en mi opinión, de doña Blanca en la forma de hacer las cosas. No creo que de ninguna manera se pueda dar este mal trato a dos pequeños, que naturalmente no lo merecen. Y así lo expresaré públicamente, sin dar detalles de los niños; pero lo que naturalmente sí que daré es mi opinión sobre todo lo ocurrido y lo hecho por doña Blanca. Con “estas maneras”, carente de la más mínima lógica, de ordenar el cese inmediato del acogimiento creo percibir la forma que los poderes establecidos tienen de cobrarse los “daños causados” por quienes como yo muestran a través de los medios de comunicación su disconformidad con sus actuaciones.

Supongo que no sienta bien a quienes no están acostumbrados a recibir críticas, que una persona exprese su opinión sobre las formas en que tratan las administraciones a los ciudadanos. No sienta nada bien que se opine sobre las formas de actuar de jueces y fiscales. No sienta bien que públicamente hayamos mostrado que nos hemos sentido, como mínimo, maltratados. Creo que es mi derecho opinar, protestar e informar sobre lo que consideramos maltrato hacia, primeramente, los menores y después hacia mi esposa y hacia mí por la forma en que se ha llevado un caso de por sí complicado para todos los implicados dada su fuerte carga emocional, ya que estamos hablando de relaciones personales.

Por otra parte denuncio el abandono absoluto que, como familia de acogida, hemos sufrido por parte de la delegación de la Consejería para la Igualdad y Bienestar Social, de quienes desde el mes de junio no hemos recibido ni una sola llamada de apoyo, quienes utilizan escritos sin firmar enviados por fax para comunicarse con nosotros y quienes en el día de ayer, después de recibir comunicación del auto del juzgado, ni nos atienden telefónicamente ni hay nadie que nos reciba.
Estas son las formas de actuar de las administraciones con quienes se limitan a dar cariño a quienes lo demandan y luchan por conseguir un trato digno hacia las personas.

08 septiembre 2006

NO SON GIGANTES, SEÑOR, QUE SON MOLINOS (a por ellos... y a voces)

Cuando la juez, doña Blanca, estableció un régimen de visitas de los niños que tenemos en acogida con su progenitora (que no madre) para los meses de julio y agosto también exigió que un equipo de tratamiento familiar emitiera semanalmente informes de la evolución de la progenitora respecto a los menores. Igualmente solicitaba que el equipo psicosocial del juzgado emitiera informes al respecto de la integración.

Vayamos por partes. En un principio el equipo de tratamiento familiar, y después de dos visitas con la progenitora no aceptó el caso que le había mandado la Consejería ¿para la igualdad y bienestar social? (la de los inútiles) ya que dicha progenitora no aceptaba su intervención y se mostraba violenta con las integrantes del equipo. En ese primer informe se recogía que la progenitora manifestaba que cuando tuviera a los menores los llevaría a su país de origen (Marruecos) los dejaría allí para ella volverse. No quería ayuda de nadie y si la juez no le devolviera a los niños mataría al acogedor (o sea yo) y después se quitaría la vida. Aún así, la juez ordenó un régimen de visitas más amplio, el fiscal de menores pidió la reintegración inmediata de los menores con su progenitora y la Consejería de ¿igualdad y bienestar social? no dijo esta boca es mía. Tan solo nosotros nos oponíamos a que una persona que era capaz de decir (quien saber si de hacer) esas barbaridades pudiera estar un solo segundo con los niños. Más aún cuando lo hacía en compañía del progenitor de los niños, que por cierto tiene una orden de alejamiento, que naturalmente se esta saltando a la torera (supongo que esto no lo sabe la juez, aunque nosotros se lo hemos dicho). Igualmente pedimos un informe psiquiátrico de esa mujer. Solicitud a la que la juez ni ha contestado.

Durante los meses de julio y agosto el equipo de tratamiento familiar ha emitido varios informes semanales en los que se recoge joyas como:
Que en una visita se encuentran a la progenitora en su domicilio sin saber en que momento y donde estaba, nerviosa y violenta y en compañía de los niños, que se había tomado pastillas pero no sabía cuales.
Que ha pesar de aconsejarle que en repetidas ocasiones acudiera a un servicio para el tratamiento de su alcoholismo y al que le habían pedido cita en varias ocasiones no lo ha hecho en ninguna ocasión.
Que en la actualidad el progenitor (el de la orden de alejamiento) la mantiene, “le carga el movil” y le paga la gasolina. Con él han permanecido los quince días agosto de vacaciones. La progenitora manifiesta que cuando tenga definitivamente a los niños le tendrá que comprar una vivienda y dar dinero para los niños y así ella no tendrá que buscar trabajo.

A pesar de estas y otras “cosillas” el equipo psicosocial del juzgado es capaz de pedir a la juez la reintegración inmediata en un informe, que por cierto, el juzgado no nos ha hecho llegar (¿por qué?). En este mismo informe se atreve a decir que nuestra oposición a todo lo hecho por el juzgado está perjudicando a los menores a pesar de no haber visto a los niños ni de haber pedido un informe a la profesional que los trata (que nosotros hemos solicitado que el juzgado pida). En el mismo informe llegan a decir que mostramos una actitud obstruccionista al querer defender nuestros derechos de padres preadoptivos. ¿tendrán vergüenza?

Por otro lado, o el mismo, el fiscal de menores, y a la vista de estos informes exige la reintegración a la mayor brevedad posible. ¿Habrá leído los informes?

Mientras la consejería, la de “de los inútiles”, se entretiene en autorizar visitas del progenitor con los menores, a pesar de que saben que desde el inicio está viendo y conviviendo con los niños junto a la progenitora cada vez que esta los tiene. No presenta alegaciones a nada de provenga del juzgado y, eso si, se entretiene en generar malos entendidos mandando faxes a mi trabajo con incoherencias (sin firmar) y sin realizar ni una llamada para saber el motivo por el que los niños no han ido a las visitas que ellos mismos han establecido. (A ese régimen de visitas hace solo dos meses que ellos mismos se oponían) Hoy me entero que están estudiando las medidas a tomar a raíz de mi “incumplimiento”. Además de inútiles, …(dejo los calificativos a la ocurrencia del lector). Según ellos no creen conveniente la integración pero tampoco hacen nada para evitarla. Vamos, inútiles totales.

Con todo esto la juez establece que desde el día 10 al 17 los niños estarán con su progenitora, (naturalmente estará con ellos el de la orden de alejamiento). Espero que a doña Blanca no se le ocurra emitir la orden de reintegración durante esa semana (a pesar de que su sentencia está recurrida por nosotros y por la consejería) impidiendo que nos podamos despedir de los menores y que la psicóloga que los trata los prepare para dicho acontecimiento. Visto lo visto ya me espero cualquier cosa. Claro lo que no se esperan todos estos es que “nosotros” también tendremos que decir algo y de alguna manera (a voces y con megáfonos, por ejemplo). Es posible que mi esposa y yo necesitemos ayuda.

05 septiembre 2006

INUTILES, INUTILES, INUTILES...

No cabe utilizar otra palabra para calificar a los responsables de la Consejería para la ¿igualdad y bienestar social? Bueno caben otras muchas pero no quiero que en mi casita se digan palabras malsonantes. Os cuento la penúltima. Si, la penultima, porque seguro que les queda otra en la recámara.

La juez que lleva el caso de la pretendida adopción de los niños que tenemos en acogida preadoptiva y que la propia consejería nos dio para adoptarlos (primera cagada) después de mucho rogarle y de que su nombre apareciera en la prensa (cosa que le molestó mucho) cambió el régimen de visitas de los menores con su progenitora, y que ella misma había cometido la barbaridad de establecer en 4 días a la semana, a semanas o quincenas alternas durante los meses de julio y agosto respectivamente.

Durante estos meses las dos partes, nosotros y la progenitora, nos hemos tenido que poner de acuerdo en cuando los recogíamos cada una, porque a pesar de la jueza obligaba a la consejería a que velara por que el régimen de visitas se cumpliera, se limitaban a mandar faxes a unos y a otros liando un poco más las cosas, sin utilizar una simple conversación telefónica para aclarar días y horas en los que recoger a los niños y llevando a ambas partes a malos entendidos. Todo por no trabajar o por que son eso: INUTILES.

La juez nada hablaba de lo que hacer después de la segunda quincena de agosto que los niños han estado con nosotros. Pues bien aquí viene la penúltima de la consejería. El viernes día uno envía un fax sin firmar por nadie, a la empresa donde trabajo y que en alguna ocasión me han permitido que utilice para enviarles algo y a eso de las 14:49 horas “recordándome” que se retoma el régimen de visitas primero, el que era una barbaridad. No recibimos ni una sola llamada para confirmar la recepción del fax o para comentar su decisión. Solo un fax, para cubrir el expediente, supongo. Claro que no pensaron que en estas fechas alguien pueda estar de vacaciones, no ir a su trabajo y por tanto no ver el fax y no enterarse de su barbaridad. Como así fue. Pues la señora progenitora tuvo que estar esperando el sábado y el domingo en el centro de protección de menores a que les lleváramos los niños. Con el consiguiente cabreo (con perdón)


Pero la cosa no acaba aquí. La propia responsable me había dicho, allá por junio, que en septiembre habría que esperar a que se pronunciara la juez. Así que en más de dos meses no han tenido tiempo de comunicarnos nada. El último día y a última hora, para que no me diera tiempo de calentarles la cabeza. Tampoco pudieron ponerse en contacto con las dos partes o con la propia juez para aclarar la situación y evitar malos entendidos. Eso sería pensar y ellos de eso poquito. Además ¿pensar en las personas, dos padres pre-adoptivos, una progenitora y dos niños? No hombre, no. INUTILES

Seguimos con la barbaridad. El fin de semana no se llevaron a cabo las visitas por ellos programadas. Hago hincapié en POR ELLOS. Lo normal es que el lunes cuando la responsable o su equipo se enteraron que no llevamos a los niños nos llamaran para conocer lo ocurrido. ¿qué pensáis que hicieron? Acertasteis. NADA. Ni siquiera preguntaron si había ocurrido algo, si nos habíamos enterado de su genial idea, ni se interesaron de si habíamos secuestrado a los niños. NADA de NADA. Eso es proteger a los menores. Me dan 2 niños, me dicen que los lleve tal día tal sitio, no lo hago y no pasa nada. Si señor, son eso: INUTILES.

Creeis que acaba aquí la cosa. Pues no. Esta misma mañana del día 5, mandan el mismo fax otra vez al mismo sitio y otra vez si confirmar si lo había recibido y sin llamarme para asegurarse de que iba a cumplir lo que ellos me ordenaban. En teoría hoy a las cinco de la tarde los niños tenían que estar en el centro de acogida para que los recogiera la progenitora. Ignoro si ella ha estado, los niños naturalmente, no. Después de cuatro días incumpliendo lo que ELLOS han marcado, aún no se han interesado de cómo o donde están los niños. ESTO ES PROTEGER A LOS MENORES POR INUTILES

Lo peor de todo, lo que ya os puede dar una idea de en manos de quien estamos los niños y nosotros es que el día 1 de septiembre, la juez emitió una providencia dictando un régimen de visitas de semanas alternas (los niños se quedan con nosotros hasta el día 10) de la que ellos tienen conocimiento ayer día 4. INUTILES, INEPTOS, … podéis ponerles los calificativos que queráis. Estos dos los voy a utilizar yo para mandarles un fax en el que solo aparezcan estas dos palabras. No lo entenderán ya que son unos INUTILES

Pues como esta, en este año largo que llevan los niños con nosotros han hecho varias. Muchas, incluso peores. Ya os seguiré contando.

INUTIL: “que no sirve o no es apto. Ineficaz, incapaz”. Definición para que no me amenacen con demandarme ante el fiscal por no se que intimidad. Serán …