Algo sucede en Peñarroya-Pueblonuevo que no creo que sea ni normal ni corriente (bueno eso si). Parece que alguien tiene fijación por ahogarnos, por mandarnos al fondo o por lo menos por dejarnos con el agua al cuello durante mucho tiempo. También puede ocurrir que otra alguien tenga una obsesión, algo de fanatismo por el agua. De otra manera no se entiende como en tan poco tiempo las fuentes (no de riqueza, ni de sabiduría sino de agua normal y corriente) hayan proliferado y tomado tanta importancia en mi pueblo.
Podemos enumerar. Empezamos con una fuente, muy bonita ella, en el Parque Carbonífera. A todos nos gustó y hasta veíamos bien que hubiera otra más. Incluso se adecentó y arregló alguna otra, como las del Llano o el Parque La Rana. Después llegó la “gran fuente” de la entrada (o salida) del vial norte. Esa que se inauguraba cada vez que se veía necesario. Ahora, tan sólo hace unos días, ya tenemos otra fuente funcionando, la recientemente inaugurada de El Riillo. No queda ahí la cosa, amenazan con otras dos, ambas de gran magnitud y muy bonitas ellas, como todas. Hay que recordar que también se está trabajando para mejorar, que falta le hacía, la fuente de La Poza.
Con todas estas fuentes tenemos algo solucionado, las portadas de las revistas de feria de varios años y los carteles de algún que otro festival, venga o no a cuento. Claro es más hacerle la foto a una fuente que a un puesto de trabajo o a una empresa instalada en ese polígono de “El Antolín 2”. De momento podemos ir pensando que allí se puede poner también una fuente, esta mas grande que ninguna de las anteriores, en este caso cuadrada con muchos chorritos y varios muy grandes. Una fuente inmensa, que podamos volver a decir que “Peñarroya-Pueblonuevo es referente en Andalucía” por las fuentes.
Ahora llego a entender los motivos de por que echaron o se fue Gestagua, aquí vamos a necesitar mucha gente para gestionar el agua de las fuentes.
Para mi una fuente siempre ha sido el plata más hondo y más grande que había en la vajilla y que llena de “papas” nos daba de comer a todos. ¡Que diferencia!
Una cosa si os pido, si comentáis este artículo con alguien o hacéis alguna referencia a él no os olvidéis de citar la fuente: La Casita de Picalcan.