A LA VUELTA DE LAS VACACIONES

Estamos de vuelta. No, de vuelta a España, no. Ni de vuelta de todo, tampoco. Estamos de vuelta de las vacaciones, que han sido largas para PICALCAN, que ha estado desaparecido de su casita durante un largo periodo estival. PI, PICAL, o PICALPAN (que de todas maneras me llaman esos que aún siguen siendo mis amigos) ha estado disfrutando de su familia durante una temporada. Algunos de esos días, en el mejor lugar de la tierra, donde dicen que más tarde se pone el sol y donde más tarde amanece. Será por ello que la juerga de noche parece más larga y que allí a la gente le cuesta más levantarse. “Han dado las doce menos veinte, se despierta mi cuñado porque es la Bella durmierte” que cantaba el Yuyu, y con razón.

Bueno, pués allí donde hace tres mil años ( y un pico, que llevamos diciendo lo de los tres mil años lo menos doscientos) alguno se fijo para vivir y no dar ni golpe, allí he estado.

Si esto es Cádiz, y aquí hay que mamar. Playita, paseítos, pescaito, … etc, etc. Bueno esas cosas que se hacen en verano y que con casi 40 años y dos niños son mucho más difícil hacer. Como hicieran Los Cruzados Mágicos de Paco Rosado allá por el 81 en su popurit, ya os contaré cómo es ir un día a la playa con toda la familia. Eso será otro día, que es largo.

Ahora os dejo algo que le puede gustar a mi amigo Palíndromos. Es un cartel que me encontré en Cádiz. Sólo puede estar allí. Me lo encontré cuando estaba comiendo el la Plaza Mina. La carcajada que solté os la podéis imaginar. Le siguió la de mi esposa y la de muchos de los que también estaban comiendo y se fijaron en la plaquita cuando fueron que yo la fotografiaba.

Podemos pensar que el tenía que escribir el año en cuestión se había cansado de poner números romanos, que pensó que lo le iba a coger o que para él los números romanos se acaban en 1800. Sea como sea, puso su 96 (no 69, que entonces tendría explicación) y se quedó tan ancho. Pocos gaditanos habrán leído la placa, y el que lo haya hecho habrá pensado lo que yo: ESTO ES CÁDIZ