Seguro que a más de uno le han puesto el dedo en la boca cuando ha querido hablar del dedo de Aznar. Y es que el gesto con el dedo corazón, el dedo medio o el del centro como seguro le gusta llamarlo a José María, le ha delatado como lo que es. Y muchos ya han puesto el dedo en la yaga, y al PP le duele como si alguien le hubiera puesto los cinco dedos en la cara. El propio Josemari parece que no se harta de darle bofetadas a unos y otros.
Ya muchos sabíamos que es un hombre que no tiene más de dos dedos de frente. Ahora conocemos que sabe utilizar los apéndices de la mano. Ahora utiliza un dedo de la mano para defenderse de los insultos de unos cuantos descerebrados. Sabíamos hace tiempo que hizo algo parecido para colocar a Rajoy en el lugar donde él estaba, y también lo hizo a dedo, pero supongo que ni era el mismo dedo, ni con el mismo gesto, aunque a algunos se lo pareciera. Él mismo creyó que le había salido la operación para chuparse los dedos. Pero nada más lejos de la realidad, aunque creo que Rajoy tocaba la gloria con la yema de los dedos con el tiempo se ha dado cuenta que se los ha pillado, los dedos se entiende.
En este momento el expresidente no puede mover un dedo sin que todo el mundo esté pendiente de lo que hace. Y menos si lo mueve de la manera que en esta ocasión lo ha hecho. Mejor debiera meter el dedo en la boca a alguien para enterarse de lo que realmente ocurre en su partido, y saber como unos y otros están metiéndole continuamente el dedo en el ojo a su adversario político. Y es que se pueden contar con los dedos de una mano los que dentro del Partido Popular saben a quién tienen que seguir para tener una buena mano en el futuro. Que muchos, más que a dedos, quieren jugar a dos manos. Seguro que él nunca lo habría pensado pero ha quedado en evidencia por mover más de la cuenta alguna falange. Y es que seguro que le hubiera gustado mucho más utilizar el dedo acusador para señalar a quienes le insultaban y que no volvieran a mover un dedo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario