11 junio 2011

NUEVO PERIODO, NUEVA ETAPA.


Tenemos las personas la costumbre de dividir nuestra existencia en periodos de tiempos. También en política ocurre así, a esos periodos los llamamos legislaturas. Es, en definitiva una forma más de fragmentar el tiempo, en este caso el tiempo político.
Hoy en Peñarroya termina una legislatura y comienza otra nueva. Pero por encima de esto que es una obviedad, lo que termina y empieza son etapas. No son etapas políticas, son mucho más, son proyectos existenciales que no afectan a los políticos sino que nos han afectado y nos afectarán a todos los ciudadanos. Es lo malo de todo esto, que los afectados somos todos, y que los errores y los aciertos de quienes son los protagonistas de los cambios de etapas repercuten en quienes en último extremo somos los responsables de que puedan tener esa responsabilidad. Es decir, los ciudadanos que con nuestros votos ponemos y quitamos.
La etapa que ahora termina será el tiempo quien la juzgue, será la historia la que valore y será con el paso del tiempo cuando se pueda calificar. Ahora, hace tan sólo unos días el Pueblo la ha evaluado. Con más o menos acierto, también será el tiempo el que dictamine en ese sentido, pero con la soberanía que otorga el juego de la democracia al que todos hemos querido jugar.
La nueva etapa, sin embargo, será nuestra obligación, nuestro derecho, e incluso nuestra necesidad la de valorarla día tras día a partir de mañana mismo. No creo que a los protagonistas de esta nueva etapa haya que darle un voto de confianza. No. Ese voto, ya lo obtuvieron  el día 22 de mayo. Y no uno, casi tres mil. Fueron tres mil votos que a la postre eran el voto de confianza de un Pueblo. Ahora, a partir de mañana mismo, lo que hay que hacer es exigir que sean dignos de ese voto, de confianza o de esperanza, que han recibido.
Durante la etapa anterior no creí en el proyecto que proponía, e incluso fui muy crítico con las gestión llevada acabo. Sin embargo, en éstas últimas elecciones apostaba por el continuismo. Y no porque hubiera cambiado de opinión. Tampoco porque me hubieran demostrado que estaba equivocado en mis análisis. Y naturalmente, no porque hubiera cambiado de chaqueta, que yo siempre estaré más con la oposición que con los gobernantes. Ahora apostaba por quienes, en mi opinión ofertaban algo. Algo que podía o no ser factible, erróneo o no, posiblemente equivocado en su definición e incluso en su práctica… pero, era “algo”. Si, puede ser el agarrarse a un clavo ardiendo, pero es que a mi juicio no había otro lugar al que asirse.
En este nuevo periodo en el que prometen progreso, riqueza, modernidad, empleo y  bienestar social creo aún menos. Espero equivocarme y que dentro de cuatro años, incluso menos, me tenga que tragar estas palabras. Y que esas promesas que tan bien suenan, sean dentro de muy poco una realidad. Nadie que verdaderamente quiera a su pueblo y que no sea tonto puede desear lo contrario, aunque por egoísmo propio fuera. No puedo decir que no crea en este proyecto, porque no creo que exista un proyecto bien definido. Si así hubiera sido, hubiera apostado por él. Pero, es que no lo veo. Tal vez me influyan mis ideales, no quiero negarlo
La realidad es que desde hoy mismo tengo nueva alcaldesa, tenemos la alcaldesa que entre todos hemos elegido. Es NUESTRA alcaldesa, MI alcaldesa, como hasta hoy lo a sido otra persona. Y con ella, nuevo equipo de gobierno, cómo anteriormente lo fue otro. En eso no voy a cambiar mi opinión. Voy a ser el mismo. El mismo que estaba dispuesto a luchar por el bien de nuestro pueblo, el mismo que apoyaré y ayudaré a quien lo necesite, pero el mismo que igual que hasta ahora ha criticado con dureza a quienes me gobernaban. Siempre desde el respeto y la sinceridad, sin necesidad de esconder mi opinión pero si con la de expresarla en el ejercicio de mi libertad.
Tengo la enorme suerte de poder decir todo esto de esta manera, e incluso personalmente a muchas de las personas a las que me refiero. Espero que a este respecto ninguno cambiemos.
Ahora lo que toca es gobernar a quienes les toca gobernar y hacerlo desde la humildad y la sinceridad. A los que les toca estar en la oposición, seguir trabajando desde la honestidad que siempre han solicitado. Espero que los primeros no se dediquen a hacer oposición a quienes han dejado de gobernar, esa etapa ya ha pasado. Sería un error que esta legislatura fuera un juicio de la anterior. Los segundos deben tener claro donde están ahora, en la oposición y también sería un error hacer la misma oposición que dicen haber sufrido. No me cabe duda que éstos saben que mayor error sería olvidarse de su obligación y del encargo que ahora le ha dado el Pueblo.
Ahora es cuando veremos la verdadera cara de unos y a otros. Ahora es cuando veremos si es verdad lo que todos han prometido.  Ahora veremos quien es digno de estar donde el Pueblo ha querido que estén, y de verdad que ninguno lo va a tener fácil. Suerte a todos

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