La reunión de la Plataforma ha durado más de lo que esperaba. La verdad es que sabía que la cosa se iba a alargar. Lo malo es que he vuelto a casa otra vez cuando los niños llevaban rato acostados. La sensación de culpabilidad no deja de rondar por mi cabeza y por mi corazón. De todas formas la reunión me ha parecido interesante.
Como todos los miércoles nos hemos vuelto a reunir los que conformamos la Plataforma Ciudadana Guadiato Sostenible para ver si paramos la locura que quieren cometer con nuestra comarca. No queremos que nos pongan incineradoras a la puerta de nuestras casas. Por eso luchamos. Creo que merece la pena, aunque tenga que quitarles algunas horas a mis hijos. Todo esto es por su bien y por su futuro. Por lo menos ese creo que es el planteamiento de todos y todas los que estamos en la Plataforma.
El lunes llamé a Camilo Cano (el representante de la empresa que quiere instalar la incineradora de residuos de carbón) para que estuviera en nuestra reunión. Desde el primer momento noté su interés por informarnos del proyecto, cuando lo llamé estuvo encantado con mi invitación y hoy ha estado muy atento con todos y con todo lo que le hemos preguntado y con las dudas que nos plantea el proyecto. La reunión aunque dura en el fondo, ha sido sincera y directa, pero dentro de un ambiente de cordialidad.
A veces creo que ese proyecto en otro momento y en otro lugar hubiera tenido el apoyo de todo el mundo. Sin embargo, creo que el proyecto de Camilo se ha visto muy perjudicado por la desconfianza que tenemos en los políticos y políticas que nos gobiernan, y por la coincidencia en el tiempo con otro proyecto que es una verdadera bomba para la comarca. Y creo que él entiende nuestras preocupaciones y nuestras dudas sobre la benevolencia del proyecto si es defendido por personas que creemos que nos han engañado durante todo este tiempo. Por ahora, estamos bastante escamados, ya no creemos nada de nadie.
Hemos terminado tomando unas cervezas y asegurando que no existe, ni con Camilo ni con nadie, un enfrentamiento personal. Sólo hay disparidad de criterios o incluso un enfrentamiento de intereses, nada más. Camilo defiende un proyecto empresarial, nosotros una calidad de vida para nuestros hijos, y posiblemente ninguna de las dos posturas sea totalmente errónea. Eso si, imposible comparar a los representantes de la gasificadora con Camilo. Camilo es un señor.
He tenido que llevarle a mi amigo Adalberto algunas fotos para el callejero de Semana Santa. No son horas de ir a casa de nadie. Antes lo he llamado y no le ha parecido mal. Hemos estado un momento viendo fotos, pero me he ido pronto, no eran horas para molestar.
A mi llegada a casa, me encuentro con la celebración del Entierro de la Sardina propia del Miércoles de Ceniza. Es el segundo año que la organizan mis vecinos de la Peña Cultural Flamenca La Minera para tomar unas cervecitas con unas sardinitas y unas costillas. Me ha servido para cenar algo y echar un ratito de charla con los vecinos del barrio. Organizan bien las cosas la gente esta, y aún escucho algunas voces aquí al lado, justo a la puerta de mi casa.
Hoy no he hecho nada para preparar el programa de la radio, pero si no me falla nada de lo que tengo pensado, creo que ya está casi cerrado. Mañana será otro día, que está terminado El Larguero, y llevo más de un mes que por unas cosas o por otras me acuesto a deshoras. Mañana prometo volver temprano a casa.
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