Ahora se que tendré la oportunidad de enseñarte muchas más cosas. Muchas más de las que ya has aprendido. Todas esas que me dices que quieres que sea yo quien te haga de profesor. Desde que llegaste a casa has aprendido muchas cosas. Rápidamente aprendiste lo que es una familia, lo que es comer todos juntos, a decir el nombre de nuestro pueblo y a tener nuevos amigos, nueva maestra. ¿Te acuerdas? ¡Hace tanto tiempo y ha pasado tan rápido!
En estos casi tres años has conseguido muchas cosas, y yo te he ayudado a algunas. No se me olvidará el primer día que te vi con la bici sin las ruedecitas. En esto necesitaste poca ayuda, era yo el que necesitaba estar seguro de que tú habías aprendido sola. Después, juntos hemos salido con nuestras bicis muchas veces, y sabes que siempre con casco. Subimos al Peñón y al Castillo de Belmez, y fuimos al pantano y al Cerco… . Casi sabes nadar, y leer, y sumar, … Sabes escribir tu nombre y tus apellidos (los nuevos). Aprendiste rápidamente a compartir tu espacio y el cariño de tus padres con el hermano que llegó casi sin avisar. Pronto sabías como cambiarle los pañales, casi antes que yo. Ya sabes hacer fotos, y escribir en el ordenador, a poner la tele y el DVD y a decir algunas palabras en inglés, y hasta qué es un volcán y por qué echa ceniza, y lo importante que era un gol de Raúl (el que nunca hace nada). Sabes que hay que comer de todo, también tomate, y a jugar al futbol en la playa, y a querer a los abuelos y a los primos. Y a ducharte, y a lavarte los dientes y atarte los cordones, y a saludar a nuestros vecinos… A recoger tu cuarto no, a eso no has aprendido. Pero, has aprendido tan rápido como has crecido. Eso sí que ha sido rápido, ya casi eres una señorita.
Hasta hoy siempre te he contestado que sí, que yo te enseñaría a conducir cuando fueras mayor. Esa era mi intención. Hoy ya sé que podré hacerlo. Podrás aprender a conducir en mi coche, o en el de mama. Y podré enseñarte a multiplicar y a dividir, incluso con decimales, y a leer mucho mejor y leer libros enteros como hago yo. Quiero enseñarte a hacer raíces cuadradas y los nombres de muchos animales, y donde viven y qué comen. Yo iré contigo a muchos museos, al cine y a conciertos, y a los carnavales de Cádiz, para cantar el estribillo de un coro de Julio Pardo. Y sabrás porqué somos del Cádiz y del Madrid cuando un año de estos subamos a primera y ganemos la Copa de Europa. Ahora sé que nos quedan muchas excursiones que hacer, muchos sitios donde comer “en la calle” y tomarnos muchas cervecitas. Y claro que te enseñaré a conducir, y a no correr ni beber cuando tengas que hacerlo, y a no fumar, y a hacer deporte y a jugar a las consolas, y al parchís en el ordenador, y a ahorrar, y a pelar la fruta, y a quitarle las espinas al pescado.
Tenemos mucho tiempo para hacer juntos fotos de paisajes del Guadiato y de la playa, y un programa de radio con una buena entrevista. Tenemos que ir a ver un partido de baloncesto, y a los toros, y a un concierto de un grupo que nos guste a los dos, y a Euro-Disney. Tenemos que escuchar juntos a Sabina, leer a Miguel Hernández y ver todas las películas de la Guerra de las Galaxias. Seguro que dentro de muchos años podremos presentar juntos el Certamen de Villancicos de Cruz Roja. Tenemos que salir un Jueves Santo con la Virgen de la Amargura, e irnos al campo en las pascuas, y ayudar los dos en la cabalgata, y escuchar la comparsa del Cerro.
Y mamá te enseñará a pintarte, como te ha enseñado a rezar, y a ponerte más guapa de lo que ya eres, y esas cosas que tenéis que aprender las mujeres… , y a ponerte falda, y a recoger tu cuarto (terminarás aprendiendo) y a ser muy cariñosa, y a dar muchos besos a papá. Y juntos te ayudaremos a elegir lo que quieres ser de mayor, y a ser buena persona y, si quieres, a tener hijos o a adoptarlos. Y a pasar los malos ratos, que seguro que vienen, y a celebrar los buenos como ahora celebras tus cumpleaños. Y a tantas y tantas cosas.
Y tú me tendrás que enseñar a ser más paciente, a adaptarme a lo nuevo como tú lo has hecho tantas veces en tan poco tiempo, y a quererte cada vez más. Quiero aprender a no cansarme de jugar contigo todo el día, aprender a enseñarte muchas más cosas, y a escucharte, a ser más justo y menos exigente contigo. Y a tantas y tantas cosas más.
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