Que no digo yo que no se merezca un buen sopapo, pero así no. No, no, … no creáis que voy a decir que más fuerte se lo merecía. Lo que pasa es que no es así como se hacen las cosas. La violencia, una leche bien dada no consigue nada. Más bien, todo lo contrario. Ahora es él la victima, el pobrecito, el Silvio “qué penita de hijo” Berlusconi. Cuando hasta ayer tan sólo era Silvio “qué hijo de puta” Berlusconi.
Y Silvio, que será un …… (en la línea de puntos podéis poner el calificativo peyorativo que creáis conveniente) pero que no es tonto, ya le ha dado la vuelta a la tortilla. Ahora es el angelito, y la izquierda los demonios que no tienen más argumentos que la violencia (¿dónde he oído yo esto antes?) .
El loco este le pio un “que te pego leche” pero bien dado. Le rompió los huesos propios de la nariz y los dos dientes (propios de la boca), ambos propios de Silvio. Uno al hospital, el otro a la cárcel. Y que se queden allí por mucho tiempo. Los dos. El uno para que deje de joder la vida a los italianos, el otro para que siga viviendo, que no me extrañaría nada que nada más salir en liberta el loco tuviera un “accidente” o fuera ayudado a “suicidarse”.
Lo suyo, lo que estaría bien hecho, es que a Silvio le dieran una patada en el culo y lo mandaran a su casa. Una patada en las elecciones, que es como en democracia se deben hacer las cosas. Lo demás son locuras que solo benefician al agredido. Seguro que hoy es más popular en Italia. Así no.
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