13 octubre 2009

UNA VEZ... NO HACE DAÑO


Mi artículo "... No hace daño" publicado hoy en la sección de Opinión de Diario Córdoba

...NO HACE DAÑO.
Durante todo el año permanece en el olvido para quienes más debieran mantenerlo, cuidarlo y preservarlo de los ataques externos. Una vez al año, solo una vez al año, parece ser el centro de atención de todos ellos, que por unos días simulan que comprenden que aún le puede quedar algo de vida, aunque las agresiones hayan seguido produciéndose. Durante todo el año está abierto a las expoliaciones continuas de vecinos y forasteros curiosos, y solo durante unos días al año recibe algún cuidado y algo de atención de quienes pueden y debieran protegerlo, empezando por nosotros mismos. Durante todos los fines de semana es el lugar elegido para los combates de paint-ball de quienes han encontrado en el Cerco de Peñarroya-Pueblonuevo un terreno idóneo en el que nadie molesta y casi nadie protesta; y solo durante algo más de cuatro días al año es el lugar al que llegan visitantes para conocer su historia, sus recuerdos y las actuaciones posibles para mantenerlo como se encuentra en ese momento, que cada año es peor y ya sin ser una ínfima parte de lo que no hace tanto fue. Durante todo el año es elegido para realizar cualquier tipo de simulacro o maniobras como las que ahora se han "celebrado" con cientos de militares, maquinaria pesada y excavadoras incluidas; y es tan solo durante algo más de tres días cuando sirve de estudio y admiración para técnicos, especialistas, técnicos no especializados y estudiosos del patrimonio industrial de toda España. A lo largo del año los políticos de turno son capaces de permitir que cualquiera pueda hacer de El Cerco su espacio de actividades en el que campar a su libre albedrío, incluso llevando a las puertas de un edificio centenario que se está restaurando el temido botellón juvenil, sin el más mínimo remordimiento de la conciencia. Es tan solo en el día de inauguración de las Jornadas de Minería y Patrimonio en el que a esos políticos, y a otros venidos de fuera, se les llena la boca prometiendo protección, estudios y esfuerzo económico para que mantengamos cierta esperanza embustera durante otros 365 días.
Y así van pasando los años y los días. Entre los que hacen un daño irreparable, aún sin ser conscientes de lo que están cometiendo, y los que permiten que se siga perdiendo el valor del patrimonio de todos sin una mala palabra y sin una buena actuación. Por lo menos durante estos últimos años tenemos unos días para que los verdaderamente sensibilizados con su protección reflexionemos. Solo es una vez al año. La única que no hace daño.

No hay comentarios: