14 octubre 2009

POESIA Y FLAMENCO.


Dos proposiciones para la tarde-noche de mañana en los dos mejores pueblos del mundo. Por orden cronológico. En Peñarroya, en el Centro de Adultos, a las seis de la tarde, lectura de la poetisa cordobesa Juana Castro. 


Juana Castro nació en Villanueva de Córdoba (1945), y vivió su infancia en un ambiente rural cuyos ritos y costumbres despertarían muy pronto un sentido crítico asociado a una conciencia feminista donde el paisaje nunca fue objeto de disfrute sino escenario de injusticias sociales. Cursó estudios de Magisterio y ejerció la profesión por el norte de la provincia hasta recabar definitivamente en la capital, todo ello antes de ver publicado en 1978 su primer libro, Cóncava mujer; con él ingresaría oficialmente en el mundo de la literatura y por él recibiría las primeras críticas de quienes se vieron sorprendidos con la lectura de unos versos en los que la mujer llenaba todo, si bien se encontraban ante una visión radicalmente distinta a las que venía proporcionando el imaginario tradicional. Una nueva voz se afirmaba como sujeto, transgredía tanto desde la desolación como desde el gozo y buscaba abrir los ojos de quienes, instaladas en la norma, no alcanzaban a detectar siquiera lo que la misma podía acarrear de injusticia para con las de su sexo. La novedad de su voz y la calidad de sus poemas avalaron su nombramiento como Académica Correspondiente de la bicentenaria Real Academia de Córdoba.
Su mirada fue siempre de mujer, distante tanto del decimonónico modelo del «ángel del hogar», como del finisecular de «diablesa» o "femme fatale": «ni diosa, ni dulce, ni serpiente», como canta en sus versos. Sus múltiples lecturas le sirvieron de modelo para la comprensión elaborada de lo que desde hacía mucho tiempo ella había vislumbrado y hecho suyo: la afirmación de la mujer desde su mismidad. Feminismo como compromiso, como opción de vida, sentido de manera visceral con la clara intención de dejar sentado de una vez el sentido trágico de la condición humana en general, de la clase mujer en particular y de la conflictiva relación intersexos, el descubrimiento de una identidad tan dolorosa como afirmativa y radiante en sus primeros libros para abordarla no con menos dolor, pero sí con más sosiego en el último: Los cuerpos oscuros (2005).
Una de sus obras.
Destierro

Yo no soy de esta tierra.
Era ya extranjera en la distancia
del vientre de mi madre
y todo, de los pies a la alcoba me anunciaba
destierro.
Busqué de las palmeras
mi voz entre sus signos
y perforé de hachones
encendidos la amarga
región del azabache. Yo no sé
qué vuelo de planetas torcería
mi suerte.
Sobre el mudo desvío, sé que voy,
como víbora en celo, persiguiendo
el rastro de mi exilio.

No encontrará mi alma su reposo
hasta que en ti penetre
y me amanezca
y ría.


La segunda proposición tiene que ver con el flamenco. A las nueve de la noche en el salón de actos de la Escuela Politécnica de Belmez, la VII Velada Flamenca  con la actuación de Esther Merino (ganadora de la pasada edición de la Lámpara Jóven del Concurso Cante de la Minas de Peñarroya-Pueblonuevo), Antonio García “El Califa” y Eusebio Medina. Acompañados a la guitarra por Antonio García “Califa Hijo”.
Antesde las actualizaciones la Asociación de Ceramistas Creativos  Horno-24 realizarán una escultura a fuego relacionada con el flamenco.

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