CUANDO para finalizar el primer debate electoral que el señor Rajoy había protagonizado con el señor Rodriguez Zapatero hizo mención a una supuesta niña que naciera el 10 de marzo muchos creímos que nos estaba contando un cuento. Y es que así lo parecía, le faltó empezar su última intervención con aquello de “era ser una vez...” y de terminarla con aquello ello otro de “...y comieron perdices”.
Rajoy imaginó que ganaba las elecciones y a la vez que al día siguiente en España nacería una niña. Para don Mariano esta niña con el tiempo iba a saber idiomas, iba a tener una casa y unos padres con trabajo y iba a andar por el mundo orgullosa de ser española. Además si ninguna duda. Claro, eso sí, con la única condición de que el día antes de su nacimiento ganara las elecciones el Partido Popular. Le faltó decir al líder de la derecha el nombre de la criatura. De sus palabras se deduce que debiera llamarse Alicia, ya que iba a estar en el País de la Maravillas, por lo menos a juicio de don Mariano.
También se le olvido a don Mariano decir quienes eran su padres. Ya que en muchas ocasiones vemos que los niños que se hacen famosos por ser los primeros en nacer al empezar un año son hijos de inmigrantes, esta niña, también podía serlo. El señor Rajoy no lo dijo por no saber si esos alegres padres inmigrantes estarían obligados a firmar el contrato xenófobo que defienden en el PP. Tampoco se pronunció el líder del PP sobre si estos padres cobrarían los 2500 euros que le corresponden. Con esta hija seguro, pero ¿y si Alicia tiene más hermanitos que nazcan durante el más que hipotético mandato del PP?
Por la palabras de don Mariano sabemos que la niña sabe idiomas para andar por el mundo, suponemos que los ha aprendido en la escuela pública, donde se ha formado y crecido, pero tampoco dijo si esta niña también estaba obligada a estudiar religión a la vez que esos idiomas.
Por último cuando esta niña crezca, y suponiendo que a la niña se le haya quitado la idea de andar por el mundo y se quede en España, ¿Podrá casarse con quien le dé la gana independientemente de su sexo? ¿Podrá crear una familia que no sea como la que marca los cánones de la Iglesia? ¿Podrá, en el caso de que decida compartir su vida junto a una persona de su mismo sexo, adoptar un hijo o una hija para conformar una familia como ella quiera?
Don Mariano estaba tan pendiente de que esa niña tuviera casa, trabajo e idiomas, que se quedó corto en el cuento y además de hacer el ridículo, se olvidó de las cosas que finalmente hacen a las personas felices. No me extraña que ya le llamen por ahí “Marianico el Corto”. Por lo del cuento, se entiende
1 comentario:
Muy buen análisis, pero no te hago ningún comentario porque estamos en jornada de reflexión.
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