10 marzo 2010

HACE 20 AÑOS QUE TENÍA 20 AÑOS


Hace ya dos días que he entrado en el club de los cuarentones. Y debe ser verdad lo de la crisis de los cuarenta, porque he entrado en a década algo vago. No he tenido ganas de escribirlo, de decir que desde hace dos días he pasado de de treinta y tantos a ser un “madurito”. El pasado fin de semana parecía que todavía con treinta y tantos era joven, ahora… no se, no se.
Es evidente que existe una barrera psicológica. Que a partir de ahora empiezo a vivir la segunda parte de lo que algunos dicen que es vida. Es la cara B, que lo que ya tenemos una edad sabemos lo que es eso. La cara B de los discos y de las casettes. Ni siquiera intento explicárselo a mi hija, no podría entender que para escuchar un disco entero hubiera que darle la vuelta o que la casete hubiera que rebobinarla.
Ahora me doy cuenta que soy de los que crecieron a base de bocadillos, viendo Barrio Sésamo y flipando con V o con el Coche Fantástico. Casi ni conocí la transición, estudié BUP y COU y entre litronas y litronas mi memoria histórica casi empieza con Curro y Cobi allá por el 92. Después ví caer el muro de Berlín (yo sería de los únicos que no estuvo allí) y recuerdo una guerra en directo y ya de mayorcito el 11S y el 11M. Yo he sufrido a Aznar de presidente, y hasta he votado Si a una constitución europea que no llego ni a nacer. También he disfrutado de 3 Copas de Europa en color del Real Madrid.
Cuando cumplía años en la década de los 80 me alegraba saber que mis abuelas me llamaban para felicitarme. Ahora, a los 40, me he sorprendido alegrándome con la felicitación de mis amigos de facebook. ¡Cómo hemos cambiado!
Dicen que a esta edad se llega con más tranquilidad, observando más que actuando, tomándote la vida con más filosofía. Yo esperaré que eso me llegue mañana o pasado. De momento, con sólo dos días con 40 años sigo como antes. Creo que yo ya era cuarentón con 35 años, que fue cuando empecé a vivir  esta crisis.
Ahora prefiero decir que hacer 20 años que tenía 20 años. Es una forma de engañarme.

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