

El pasado sábado tuve la oportunidad de echar un ratito, acompañando a mi amigo
Alberto Díaz-
Villaseñor, en la Casa de
Belmez en Córdoba. La ocasión lo merecía y una vez pasada la noche me alegré de haber asistido.
Alberto presentaba a los
belmezanos en Córdoba su novela "El Tesoro de los Franceses". De igual manera, Francisco
Bocero, otro escritor cordobés, dio a conocer su novela "La derrota".

Ambas novelas están ambientadas en la guerra de la independencia contra los
franceses, una en Córdoba y su posterior repercusión en la batalla de
Bailen y otra en el propio
Belmez, con lo que la noche se
convirtió en más que un acto literario en una conversación sobre dicho periodo histórico. Interesante
escuchar a estos escritores y todo lo que han investigado. Además, tuve la suerte de compartir mesa con Manuel
Rodríguez Moyano, con lo que la noche se hizo del todo magnífica.
En la Casa de
Belmez nos acogieron como en nuestra propia casa. ¡Qué gente más encantadora¡
Belmezanos, no podía ser de otra forma.

También estuvo por allí otro
belmezano de pro, mi amigo Antonio Jesús
Cobos, que ganar no gana un partido, pero hace muy buenas fotos. Además
allí lo quieren mucho. Me quitó la exclusiva de las fotos.

Al acto acudieron unas 50 personas, y la vicepresidenta,
Ángela Utrero, me decía que son pocas para lo que es habitual. Normalmente sus actividades las hacen los viernes y así no coinciden con fiestas familiares ni con el
fútbol de los fines de semana, y suelen acudir un gran número de los más de 100 socios que pertenecen a la Casa de
Belmez en Córdoba.
Su presidenta,
Visi López, un encanto, me contó todo lo que hacen durante todo el año. Ahora tienen prevista una jornada de
senderismo, entre otras cosas que ya os comentaré. Un día de estos la tengo que tener en la radio.
Bueno, que me encanta que existan asociaciones como estas y que organicen actos como el que el otro día me
dio la oportunidad de conocerlos. Enhorabuena a todos. Desde aquí un enorme saludo.
...Si gente como esta, y otras que andan por esos mundos de Dios, estuvieran aquí, de otra forma nos
luciría el pelo.