Leo con sorpresa como algunos medios de comunicación dan con grandes titulares la noticia de que La Iglesia pide perdón por su actuación durante la guerra civil. Después de leer detenidamente toda la noticia busco en otros periódicos y más o menos lo mismo, e incluso en la radio y en televisión los titulares son parecidos. Ese es el titular fácil de hacer, pero que no se corresponde ni mucho menos con lo que es la realidad pura y dura, si se lee detenidamente las palabras a las que se refieren.
Todos se refieren a unas palabras pronunciadas por el obispo de Bilbao, Ricardo Blazquez, a la vez presidente de la Conferencia Episcopal que vienen a decir que La Iglesia debiera pedir perdón por sus actuaciones concretas durante la guerra civil. Si bien estoy de acuerdo con las palabras de Monseñor Blázquez tengo que añadir que ni pide perdón y en todo caso se queda corto.Blazquez lo que hace es romper con el oficialismo de La Iglesia y lanza la propuesta de la petición de perdón para que sus homólogos la recojan, cosa que no sucederá. Bien sabe monseñor que llegado el caso de pedir perdón se debiera hacer de forma más seria y concreta y en un contexto de más solemnidad. Un simple discurso no puede servir para excusarse de hechos que han quedado para la historia, sobre todo cuando se hace con la boca pequeña y a la vez atacando a la Ley de la Memoria Histórica como algo que puede "reabrir heridas, atizar rencores y alimentar desavenencias". Se ha quedado muy corto Monseñor en su propuesta.
Por otro lado este perdón se queda únicamente en "actuaciones concretas" durante la guerra civil española. En un periodo de guerra, las atrocidades se cometen por ambos bandos, y aunque no viene mal que se pida excusas por ellas, el verdadero daño, y por lo que se debiera pedir perdón y hacer propósito de enmienda excusas, viene después, cuando la propia Iglesia sacaba bajo palio a un dictador en lo que ya Azaña había pronosticado como una "dictadura militar eclesiástica". Un periodo tan largo de nuestra historia no puede quedar en el olvido y a Monseñor Blazquez se le ha olvidado.
Seguiremos esperando que esa petición de perdón a la que se refiere don Ricardo llegue no muy tarde, que ya han pasado mas setenta años de aquella guerra en la que tantas barbaridades se cometieron y más de treinta que terminó la dictadura que la Iglesia amparó, sabe Dios con que oscuro objetivo. Aunque con La Iglesia nunca es tarde, y ejemplos tenemos, que a Galileo lo condenaron en 1633 y hasta el final del siglo XX no enmienda su error y reconoce que fue condenado injustamente. Mas vale tarde.
4 comentarios:
Pues lo mismo tenemos que esperar otros cuatro siglos.
Me parece de vergüenza toda la Igleisa en general, pero bueno.
No está mal que haya pedido perdón por determinadas actitudes que, todo hay que decirlo, vinieron provocadas por la persecución de exterminio del Frente Popular. ¿Qué iba a hacer la Iglesia? ¿Dejarse degollar uno a uno? Lo lógico es (y fue) echarse en manos del bando que la defendía, ponerle palio y andas y lo que hubiera hcho falta.
La Iglesia dio un ejemplo único de compromiso social luego en la Transición y Monseñor Tarancón hoy es reconocido por todos. Y muchos miembros de la Iglesia, antes de la dictadura, durante y después sigue siendo perseguida por pregonar el mensaje de Cristo. ¿O es que hay que recordar los encarcelamientos, torturas, ejecuciones, etc., de eclesiásticos y seglares religiosos en general bajo el nazismo, en el comunismo, en las dictaduras centroamericanas, en los páises musulmanes, y en todas partes?
El tema sería muy largo, pero aquí yo sólo veo pedir perdón siempre a la Iglesia. Los supervivientes de aquel asesino Frente Popular de la II República no lo han pedido y eso que fueron maestros en el genocidio, la tortura chekista y el exterminio hasta de sus aliados.
¿Y los del Bando Nacional? Esos tampoco han pedido perdón.
¿Los crímenes de la Iglesia a lo largo de toda la Historia de la Humanidad?
Reconozco su función en partes de la Transición, naturalmente. Todos conocemos a uno de esos "curas rojos". Pero tú siempre hablas de lo mismo: comunismo, comunismo, comunismo y, bueno, si te queda algo que meter... pues comunismo.
Como dijo Don Quijote: "Con la iglesia hemos topado, Sancho".
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