AHORA MAS CALMADO. MA-CHIS-TAS

Tengo la certeza de que existe una especie, que por supuesto no está en peligro de extinción, que tiene la rara facultad de que cada vez que abre la boca mete la pata. También les ocurre a los individuos de esta especie que con solo mover un dedo igualmente meten la pata.
A esta especie pertenecen las personas que constituyen la junta de gobierno, con su hermano mayor a la cabeza, de una hermandad cordobesa que ha impedido que este año dos de sus costaneras puedan realizar su trabajo debajo de un paso junto a los demás miembros varones de la cuadrilla, como venían haciendo desde hacia 6 años. La inclusión en la especie de la que hablo es por no dejar las cosas como estaban (bien a mi entender) y con solo mover un dedito han metido la pata.
Pero lo peor de esta especie es que además abren la boca, la del hermano mayor, para poner excusas que han sonado, a eso, excusas de una actitud machista, retrograda y trasnochada en la noche de los tiempos. Y entonces al abrir la boca para excusarse han vuelto a meter la pata y de qué manera. Naturalmente el señor obispo no perdido la oportunidad para también abrir la boca, avalar tal decisión y claro, como los de esta especie también meter la pata.
Su principal excusa para impedir a estas dos mujeres cargar con el paso y el peso de una imagen de semana santa es que justamente debajo de ese paso, y debido a la estrechez se provocaría acercamientos y posturas soeces y raras circunstancias al tratarse de una cuadrilla mixta.
Si mal me parece la decisión peor, los argumentos para tomarla. Porque yo me pregunto, ¿en que siglo viven estos tipejos? O lo que es peor ¿en que siglo se creen que vivimos el resto? Será que creen que aún hoy tanto hombres como mujeres están buscando la más mínima posibilidad para “hacer manitas”. No miren ustedes, señor hermano mayor y señor obispo, en nuestra sociedad eso está más que superado. Lo que ustedes ven es fruto de su “mirada sucia” que dirían los Serranos. Está tan superado como los tabús que otros como ustedes y desde dentro de la iglesia con su moralina han impuesto durante mucho tiempo. Se han superado de la misma manera que hemos superado el tener a los “curillas” como vigilantes de nuestra moral. Tal vez sea a eso a lo que no quieren renunciar.
Siguiendo con el ridículo que han iniciado en esta hermandad ¿será capaz el obispo de establecer, debido a la estrechez del lugar que a la salida y recogida de las hermandades, un lugar donde se coloquen los hombres alejados de las mujeres?
Este es un acto machista y cobarde que se ha querido esconder y ha sido igual de malo el remedio que la enfermedad, porque lo han querido cubrir bajo el manto de la moral eclesiástica trasnochada de antiguos regímenes o de siglos pretéritos.
Si no es así, ¿Por qué no han echado a todos los hombres y dejan que sean mujeres las que saque la imagen? Seguro que existen miles de cordobesas encantadas de poder acompañar a Elia y Maria Jesús, que así se llaman las costaneras.
Con actos como este se entiende la necesidad una ley de igualdad, diga lo que diga el señor Rajoy para no apoyarla (dicho sea de paso otro de los que debemos incluir a la especie de la que os hablaba al principio). Es necesaria una ley que impida que ocurran hechos como estos pero incluso es necesaria para que se pueda impedir que haya quien tache de machorras, sargentas, marimandonas y otras lindezas a quienes intenta que no se tener los mismos derechos que los hombres y que desaparezcan de nuestra sociedad tipejos como estos. Visto está que hay gente “pa tó”.
Ahora espero que el señor Calero me diga que también yo soy machorra y marimandona viendo que yo soy también feminista o incluso que el señor obispo me excomulgue. Que cualquiera de las dos cosas es posible según sus respectivos curriculums.