08 julio 2006

¿Y AHORA QUÉ?

Hemos estado una semana sin los niños. En principio, mañana debemos recogerlos. Mañana ya dejaremos de preguntarnos como están para comprobarlo en persona. Hemos pasado una mala semana, aunque algo mejor de los esperábamos. Siempre amanece al día siguiente.
Esta semana ha servido para que nos demos cuenta que queremos seguir luchando por el futuro de esos niños. Ya conocemos el primer informe que el equipo de tratamiento familiar ha hecho de los niños con su progenitora, y es preocupante que la juez, el fiscal o su… sean capaces de dejar a esos niños con ese tipo de persona. A la vez también ha servido para quitarnos la idea de tirar la toalla. Por muy duro que sea, esos niños se merecen que luchemos por que tengan una vida mejor a la que los quieren condenar.
En este primer informe, el equipo de tratamiento familiar se ve incapaz de trabajar con esa ¿”madre”?, ella no quiere ayuda, sólo dinero. Manifiesta que se ve capacitada para cuidarlos y educarlos y quiere llevarlos a Marruecos, dejarlos allí para ella venirse para trabajar sin impedimentos. Sólo quiere hablar con “su jueza, que es la que la entiende”. Incluso llega a decir que si la jueza no le hubiera dado los niños hubiera matado al acogedor (o sea a mi) y después se hubiera quitado la vida. Así como lo digo. Lo tengo por escrito en un informe de un equipo de tratamiento familiar.
Lo peor que después de saber esto, ni la Consejería para la Igualdad y Bienestar social, ni la juez, ni el fiscal , ni nadie hace nada, ni siquiera avisarnos de lo que consideramos una amenaza. Bueno alguien sí, nosotros. No puede ser que una persona que es capaz de decir todo esto pueda tener a estos niños. ¿Qué les puede pasar? ¿Es lo mejor para los niños estar con esta persona? ¿Qué futuro les espera?
Estas preguntas ya se las hemos hecho llegar al juzgado, ¿a ver que contestan ahora el fiscal y la juez? Esperamos cualquier barbaridad.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Cuento los segundos que faltan para que tengáis el reencuentro después de este primer periodo de alejamiento.
Cuando se produzca ese reencuentro, las circunstancias del mismo serán el detonante que non indiquen cómo actuar (atacar, será lo más probable).