Cuarenta días dice la Biblia que estuvo Jesucristo en el desierto ayunando y luchando contra las tentaciones. Cuarenta días también duró la primera guerra del golfo.
Pues eso, 40 días han sido necesarios para que unos niños reciban ayuda psicológica. 40 días y nuestra lucha, nuestra guerra con la administración. 40 días desde que se iniciaron las visitas a su progenitora sin más ayuda que la que les hemos podido proporcionar sus padres preadoptivos. Hoy, después de cuarenta días, una psicóloga ha intentado hablar con ellos, sin mucho resultado. Pero algo es algo.
Han pasado 40 días desde que empezaron a ver a una persona que no conocían y a la que de golpe y porrazo tenían que llamar “mamá”. 40 días de preguntas que no sabemos responder y para las que no hemos recibido ni ayuda ni orientación. Y 40 días hasta hoy que ya no sabemos si es tarde, ya que el trauma ocasionado a dos niños de 3 y 5 años puede ser irreversible. Con el tiempo se verá.
Me he acordado también de la canción de Joaquín Sabina, esa de 19 días y 500 noches. Han sido 19 días desde que en una reunión con la Jefa del Servicio de Protección de Menores, lo exigieramos como urgente, y hoy por fin se ha iniciado el tratamiento psicológico de los niños. 19 días que han parecido 500 noches, por lo largo que se han hecho. Durante estos 19 días de espera por nuestra parte, y de protocolos, informes y papeles por parte de la administración, además hemos tenido que soportar, en una reunión con la delegada de turno, que se nos diga que los niños no han recibido antes la ayuda por que los profesionales de la delegación no lo consideraban necesario, y que hacían su obligación que era cumplir exclusivamente con el auto judicial. Eso entre otras sandeces que ya habrá tiempo de relatar.
40 días, 19 días,… y todo para que hoy mismo y tras otra queja más ante el Servicio de Protección de Menores por la dejadez con lo menores, esta vez en organizar las visitas que tanto les importa, me comuniquen que piensan proponer la reintegración de los niños con su progenitora, a pesar de tener claro que la progenitora no está capacitada para tener a los niños, a pesar de que la progenitora se niega a colaborar, y a pesar de todo lo que está sucediendo en las visitas con los niños, que ellos saben y que se niegan a ver. ¡Habrá que tener poca vergüenza! La excusa, que esta situación es insostenible. En vez de buscar soluciones, matado el perro se acabó la rabia.
¿Insostenible es para la concejería que les estemos presionando diariamente o insostenible que los niños viajen cuatro días en semana a Córdoba, no coman o no estén suficientemente atendidos ? Ahora la solución es devolver los niños a la persona con las mismas o peores circunstancias que cuando se los quitaron. ESTO SI QUE ES INSOSTENIBLE E INADMISIBLE. De todos modos es posible que para que esto ocurra tengan que pasar otros 40 días de papeles, informes, protocolos, proposiciones, comisiones y etc., etc., etc. o tal vez les obliguemos a que tomen la decisión con carácter de urgencia. Ya pensaremos que hacemos, y a ver qué pasa. Ya veremos.
Pues eso, 40 días han sido necesarios para que unos niños reciban ayuda psicológica. 40 días y nuestra lucha, nuestra guerra con la administración. 40 días desde que se iniciaron las visitas a su progenitora sin más ayuda que la que les hemos podido proporcionar sus padres preadoptivos. Hoy, después de cuarenta días, una psicóloga ha intentado hablar con ellos, sin mucho resultado. Pero algo es algo.
Han pasado 40 días desde que empezaron a ver a una persona que no conocían y a la que de golpe y porrazo tenían que llamar “mamá”. 40 días de preguntas que no sabemos responder y para las que no hemos recibido ni ayuda ni orientación. Y 40 días hasta hoy que ya no sabemos si es tarde, ya que el trauma ocasionado a dos niños de 3 y 5 años puede ser irreversible. Con el tiempo se verá.
Me he acordado también de la canción de Joaquín Sabina, esa de 19 días y 500 noches. Han sido 19 días desde que en una reunión con la Jefa del Servicio de Protección de Menores, lo exigieramos como urgente, y hoy por fin se ha iniciado el tratamiento psicológico de los niños. 19 días que han parecido 500 noches, por lo largo que se han hecho. Durante estos 19 días de espera por nuestra parte, y de protocolos, informes y papeles por parte de la administración, además hemos tenido que soportar, en una reunión con la delegada de turno, que se nos diga que los niños no han recibido antes la ayuda por que los profesionales de la delegación no lo consideraban necesario, y que hacían su obligación que era cumplir exclusivamente con el auto judicial. Eso entre otras sandeces que ya habrá tiempo de relatar.
40 días, 19 días,… y todo para que hoy mismo y tras otra queja más ante el Servicio de Protección de Menores por la dejadez con lo menores, esta vez en organizar las visitas que tanto les importa, me comuniquen que piensan proponer la reintegración de los niños con su progenitora, a pesar de tener claro que la progenitora no está capacitada para tener a los niños, a pesar de que la progenitora se niega a colaborar, y a pesar de todo lo que está sucediendo en las visitas con los niños, que ellos saben y que se niegan a ver. ¡Habrá que tener poca vergüenza! La excusa, que esta situación es insostenible. En vez de buscar soluciones, matado el perro se acabó la rabia.
¿Insostenible es para la concejería que les estemos presionando diariamente o insostenible que los niños viajen cuatro días en semana a Córdoba, no coman o no estén suficientemente atendidos ? Ahora la solución es devolver los niños a la persona con las mismas o peores circunstancias que cuando se los quitaron. ESTO SI QUE ES INSOSTENIBLE E INADMISIBLE. De todos modos es posible que para que esto ocurra tengan que pasar otros 40 días de papeles, informes, protocolos, proposiciones, comisiones y etc., etc., etc. o tal vez les obliguemos a que tomen la decisión con carácter de urgencia. Ya pensaremos que hacemos, y a ver qué pasa. Ya veremos.
1 comentario:
Mi columna del próximo martes en el Diario CÓRDOBA (www.diariocordoba.com) la tienes asegurada, hoy no ha podido ser.
Propongo y animo a los que vean este blog a que envíen cartas al diario (el que más selee en esta provincia) quejándose del trato que la Justicia y la Delegación de Bienestar Social está dispensando a "los niños de Peñarroya" (así todo el mundo lo entiende, y exigiendo que se investiguen las circunstancias actuales de la madre biológica para que se determine si es capaz o no de volver a hacerse cargo de las criaturas.
Así de sencillo, cortito y clarito, seguro que las publican pronto.
Se pueden enviar por e-mail a opinon@cordoba.elperiodico.com indicando "Para Cartas al Director".
Es ahora cuando no debemos aflojar y tenemos que darle más resonancia al asunto.
Si te parece, para que este comentario no pase desapercibido, repite tú en un post la dirección a la que tienen que dirigirse, y en qué términos. A ver si internet sirve para canalizar la solidaridad (y valentía) de la buena gente.
Un abrazo.
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