Día tercero después de la
colocación de la pancarta, y ahí sigue. Sigue sin haber nadie en el equipo de
gobierno de nuestro ayuntamiento en el que impere la sensatez, y proponga y
proceda a quitarla y a esconderla.
Varios son los motivos por los
que en mi opinión la colocación de esa pancarta es una verdadera barbaridad y una
enorme insensatez.
Porque el equipo de gobierno está
para solucionar problemas y no para agrandarlos, y ni mucho menos para crear
una innecesaria alarma entre sus ciudadanos, sus trabajadores, sus proveedores
o posibles contratantes.
Porque no se qué objetivo se ha pretendido
conseguir con esta colocación, salvo la de señalar culpables o buscar escusas
para una gestión que cuando menos está dejando mucho que desear.
Porque si el gobierno municipal pretendía
informar a la ciudadanía dispone de
otros medios que marca la propia ley como el pleno extraordinario y los bandos
municipales. O utilizando los medios de comunicación. En todos ellos la
información sería mucho más concreta, más clarificadora y mucho menos
alarmante.
Porque se ha deteriorado
enormemente la imagen del municipio, del ayuntamiento e incluso del propio
equipo de gobierno.
Porque es (o por lo menos lo parece)
la utilización de un edificio público para beneficio de un solo grupo político y
en contra de otro de los que forman nuestro ayuntamiento amparándose en el
gobierno del mismo.
Porque, o mucho me equivoco, ni
se ha comunicado a los demás grupos políticos que conforman el ayuntamiento, no
se ha consensuado ni su colocación ni su mensaje, y ni mucho menos se ha debatido
o aprobado en pleno, como en un ayuntamiento democrático se hacen las cosas.
Porque si ha sido sufragada con
dinero público tendría que dársele la oportunidad a los demás grupos políticos
de colocar la que cada uno creyese oportuna en el mismo sitio y de las mismas
dimensiones. Además sería incongruente gastarse un dinero (por poco que fuera)
que va a hacer falta en un futuro cercano.
Porque si la pancarta la ha
pagado un particular o particulares desde este mismo momento se abre la
oportunidad para que el balcón del ayuntamiento se convierta en un “tablón de
anuncios” de todo aquel que lo solicite. O sin necesidad de solicitarlo.
Porque si este ayuntamiento se
considera democrático debe autorizar cualquier solicitud de colocación de
pancarta informativa en relación con el municipio, en ese u otro edificio
municipal de cualquier grupo, asociación o ciudadano.
Porque mañana podrían aparecer en
las ventanas y balcones de las diferentes viviendas de la localidad pancartas informativas
con lemas como “familia en quiebra por culpa del ayuntamiento”, “parados por
culpa de la alcaldesa”, ”el ayuntamiento nos engaña”… y nadie tendrá la capacidad moral de obligar a
que se quiten. Siendo o no ciertas dichas afirmaciones.
Porque mañana podría aparecer en
las fachadas de negocios y empresas pancartas que contengan los importes que el
ayuntamiento de Peñarroya-Pueblonuevo les adeuda al día de hoy, y nadie tendrá
la capacidad moral de obligar a que se quiten.
Porque en el balcón del
ayuntamiento no apareció en ningún momento una pancarta que informara de cuanto
se dejo de ingresar por el recorte aprobado, con el consentimiento de nuestra
senadora, de los Fondos Miner.
Porque en el balcón del
ayuntamiento no ha parecido en ningún momento cuanto se ha dejado de ingresar (mermando
las arcas de nuestro ayuntamiento y los servicios que éste presta) por
subvenciones no solicitadas, no concedidas por las diferentes administraciones
o de las partidas que han dejado de venir de las diferentes administraciones
debido a los recortes.
Y sobre todo porque los
ciudadanos quisieron un gobierno que cambiara la situación para mejor y que no
se conformase con colocar pancartas creando un enorme malestar social y más que
considerable alejamiento de la ciudadanía.
Con hechos como éste el equipo de
gobierno que muchos creyeron que iba a ser la solución se ha convertido en otro
problema.
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